En mis otras redes sociales, y en los contactos hacia mis clientes, no me canso de decir que tanto me gusta esta carrera que escogí, lo mucho que aprecio su preferencia y cómo entiendo la gran responsabilidad que me confieren para registrar las memorias de un momento que es irrepetible y único.
Y con esa mentalidad y emoción me dirijo a cada boda, a cada sesión. Lamentablemente, aunque la gran parte de las veces todo resulta como lo espero, hay ocasiones en que tener esa disposición y hacer lo mejor que puedo no basta. Esos momentos me causan gran dolor, pero sobre todo me dejan lecciones a las cuales doy la bienvenida y me comprometo, más aún, a seguir mejorando como fotógrafo, y como persona.
No puedo decir que no he caído, pero sí puedo decir que me he levantado y lo seguiré haciendo, por que tengo grandes motivos para hacerlo.