Para las novias y novios que planean hacer su boda en la playa en el hermoso destino de Puerto Vallarta, quiero compartirles algunos tips y recomendaciones que pueden serles de ayuda, principalmente, acerca de sus fotografías de boda, pero, también de otros temas, eso sí, relacionados con el Gran Evento. Espero les sea de utilidad.
Para comenzar, quiero tocar un tema al que, podría decir, el 90% de mis clientes hacen mención, una y otra vez, y la entiendo completamente, puesto que, ya fui, en su momento, el novio y fue precisamente lo mismo en lo que me fijé al momento de elegir al fotógrafo de mi boda, también acá, en Puerto Vallarta ( de momento, la única novia que recuerdo no me lo solicitó durante todo 2013, fue una chica quien aparece en televisión y conoce perfectamente sus ángulos y cómo comportarse frente a una cámara) ; esto es: quieren que sus fotografías sean naturales, no tanta pose ni rigidez.
Suena sencillo, no? Puedo decirles, con mucho gusto, que esa postura es la que me atrajo al mundo de la fotografía de bodas: la posibilidad de congelar en el tiempo un instante natural, lleno de emoción, de sentimientos y que contará de forma fiel lo que pasó el día de su boda, como: el momento en que la mamá de la novia abraza a su hija con tanta alegría como nostalgia por el inicio de una nueva etapa.
O en el instante en que la novia baila con su papá, y, en su cabeza resuena la idea de que todavía es su niña – y ese instante, comienza a ser electrizante para mí ya que puedo verme, en un futuro algo distante, en los zapatos de esos padres-.
Como esos momentos podemos añadir muchos más. Sin embargo, hay ciertas imágenes que necesitan un poquito de ayuda para ser piezas únicas que cuenten la historia del día de una forma muy especial, y, a veces, hasta espectacular, pero, ¿cuál es la diferencia? La dirección.
Todo comienza con el concepto mismo: posar. Si no eres modelo o estás habituado a las cámaras, la idea que viene a la mente de posar es de hacer algo no habitual con lo cuál voy a estar incómodo, y, hasta me voy a ver un poco ridículo, no? Por eso, en mi caso particular, prefiero manejarlo como lenguaje corporal; básicamente es establecer algunos puntos elementales de lo que se ve mejor en cámara y a partir de ahí los novios actúen en la forma en la que saben hacerlo. Eso puede ser la pequeña gran diferencia entre una fotografía plana y algo lleno de emoción y romance.
Si no lo creen, sólo piensen en qué harían dos personas, nerviosas, con el peso de la boda en sus hombros, frente a un tipo con una cámara del tamaño de su cara y que sin dirección alguna los tenga ahí, parados . En el mejor escenario, se tomarían de la mano o se abrazarían y permanecerían así por unos buenos 10 a 20 minutos antes de mandar todo por un tubo y volver a la boda.
Entonces, con una base muy elemental, dos personas enamoradas y, casi siempre, un poco de humor, ¡ la magia comienza a surgir!
Espero esto sea de utilidad y estemos en contacto pronto.