Una de las cosas que me fascina de mi trabajo es poder ir más allá de la figura del fotógrafo; este fin de semana, pude ser parte del plan que tuvo Eduardo para pedirle a Dafné que se convierta en su esposa, así que me volví complice para enmascarar una inocente excursión por el Río Pitillal y la súper tupida y maravillosa selva de Puerto Vallarta, en lo que será el inicio de una nueva familia.
Tengo que agradecer a Eduardo por toda la confianza puesto que me permitió, prácticamente, organizar toda la agenda, coordinar con la muy amable Pamela – dueña del Rancho el Charro, donde dieron el paseo-, escoger la locación en que se llevaría a cabo la petición de matrimonioy pasar desapercibio para Dafné, quien, obvio no podía saber qué estaba pasando.
Como podrán ver, todo salió muy bien y pronto habrá una boda. Con un poco de suerte deciden volver para tener una, igualmente, romántica boda en playa acá en Puerto Vallarta, y de acuerdo a Eduardo, también los acompañe ese día.
You must be logged in to post a comment.